En la mitología griega Hermes (en griego antiguo Έρμῆς) es el dios olímpico mensajero, de las fronteras y los viajeros que las cruzan, de los pastores, de los oradores y el ingenio, y el comercio en general, de la astucia de los ladrones y los mentirosos.1 En la mitología romana era denominado como Mercurio. Hijo de Zeus y la pléyade Maya. El himno homérico a Hermes lo invoca como el «de multiforme ingenio (polytropos), de astutos pensamientos, ladrón, cuatrero de bueyes, jefe de los sueños, espía nocturno, guardián de las puertas, que muy pronto habría de hacer alarde de gloriosas hazañas ante los inmortales dioses.»2 También protagonista de muchos mitos, como por ejemplo el de "Filemón y Baucis".

Según las creencias egipcias, los dioses habían gobernado en el Antiguo Egipto antes que los faraones, civilizándolos con sus enseñanzas.2 En ellas, el dios egipcio Tot era el dios de la sabiduría y el patrón de los magos. También era el guardián y escribiente de los registros que contenían el conocimiento de los dioses. Clemente de Alejandría estimaba que los egipcios poseían cuarenta y dos escritos sagrados, que contenían todas las enseñanzas que poseían los sacerdotes egipcios.
Más tarde, varias de las características de Tot se asociarían al Hermes de la mitología helenística, incluyendo la autoría de los «cuarenta y dos textos». Este sincretismo no fue practicado por los griegos, sino que en el primer o segundo siglo de la era cristiana, se le comenzó a llamar a esta fusión «Hermes Trismegisto», probablemente por cristianos que tenían noticia de los textos egipcios. No obstante, en algún momento la ambigua noción de divinidad se transformó en la de un personaje histórico de los tiempos iniciales de la civilización occidental, al cual además se le atribuyeron otros escritos filosóficos.
Siegfried Morenz ha sugerido en Religión de Egipto: «La referencia a la autoría de Tot ... se basa en la antigua tradición, y la cifra de cuarenta y dos probablemente se debe al número de nomos de Egipto, y, por tanto, pretende transmitir el concepto de integridad». Platón, en Timeo y Critias comentó que en el templo de la diosa Neit en Sais, había salas que contenían registros históricos secretos de sus doctrinas que tenían una antigüedad de 9000 años.[cita requerida] A la identificación entre Tot y Hermes en la figura de Hermes Trismegisto ha de añadirse otra posterior, de carácter esotérico, por la cual Hermes Trismegisto es también Abraham, el patriarca hebreo, que habría comenzado dos tradiciones: una solar, pública, recogida en el Antiguo Testamento y otra privada, trasmitida de maestro a discípulo, accesible en el Corpus hermeticum.
La llamada «literatura hermética» es en cierto modo, un conjunto de papiros que contenían hechizos y procedimientos de inducción mágica. Por ejemplo, en el diálogo llamado Asclepio, el dios griego de la medicina, se describe el arte de atrapar las almas de los demonios en estatuas, con la ayuda de hierbas, piedras preciosas y aromas, de tal modo que la estatua pudiera hablar y profetizar. En otros papiros, existen varias recetas para la construcción de este tipo de imágenes y detalladas explicaciones acerca de cómo animarlas (dotarlas de alma) ahuecándolas para poder introducir en ellas un nombre grabado en una hoja de oro, momento esencial del proceso.
No obstante, no se queda ahí la literatura atribuida a esta figura mitológica. Los escritos herméticos, en general, dan cuenta de un determinado enfoque acerca de las leyes del universo. En el Asclepio se nos habla constantemente de Dios, a quien se llama "El Todo Bueno", para describirnos las leyes del Universo. Por ejemplo, en el pasaje número veinte del Asclepio, Dios es expresado como la inconcebible Unidad que constituye el Universo. Una unidad, cuya característica esencial es que posee naturaleza masculina y femenina al tiempo. Esta característica se la otorgará Dios a su vez, por reflejo, a todas sus criaturas. En el Asclepio, como decíamos, la figura de Dios no tiene la consideración de quien ha hecho todas las cosas, sino que Dios mismo "es" todas las cosas. Todos los seres vivos, todo lo material e inmaterial, son para Hermes partes que actúan dentro de Dios. Pero sólo los humanos somos un reflejo exacto de Dios, el Todo Bueno.
También nos habla Hermes del Tiempo. De acuerdo con el Asclepio, parágrafo 27, el Mundo es el receptáculo del Tiempo, que mantiene la vida en su correr y agitar. El Tiempo por su lado respeta el Orden. Y el Orden y el Tiempo provocan, por transformación, la renovación de todas las cosas que hay en el Mundo. Recordemos que en esta obra, el propio Hermes aparece como un personaje que dialoga con Asclepio, siendo que la conversación se sitúa en el antiguo Egipto. Como curiosidad, añadiremos que en el Asclepio habla Hermes de dioses que están en la Tierra. Al preguntarle Asclepio a Hermes dónde están tales dioses, Hermes le responde que en una montaña de Libia y acto seguido le cambia el tema. Esos dioses se irán finalmente, y dejarán a la humanidad desasistida.
Entre los tratados atribuidos a Hermes Trismegisto destaca el Corpus hermeticum. Se le atribuye también la redacción de la Tabla de esmeralda, que fue considerado por los alquimistas, el libro fundacional de la alquimia. Otras de sus obras más destacadas serían el Poimandres, el Kybalión (en el cual se expresan de forma sintética las leyes del Universo), ciertos libros de poemas y el Libro para salir al día, también conocido como «Libro de los muertos», por haberse encontrado ejemplares de él dentro de los sarcófagos de algunos destacados egipcios.

Hay una vaga mención en los registros aztecas de una orden semi-sacerdotal, a los que llamaban naualteteuctin, que se podría traducir como "Magos Maestros". También se los conocía como teotlauice, "compañeros sagrados de armas". Como en el caso de la mayoria de los teteuctin, o nobles, la entrada a la orden era una severa y prolongada ceremonia de iniciación, cuyo objeto no era meramente testear la resistencia al dolor y los poderes de auto-negación, sino, especialmente, arrojar la mente a ese estado subjetivo en el cual se entra en contacto con lo divino, en el cual se puede "tener visiones y ensoñar".
La orden declaraba como su patrón y fundador a Quetzalcoatl, "la serpiente emplumada", quien, como se vera más adelante, también era el patron de los nagualistas tardíos.
Quetzalcóatl (náhuatl: quetzalcōātl, 'serpiente emplumada' 'quetzalli, plumaje; cōātl, serpiente' )? es uno de los dioses de la cultura mesoamericana, llegando a considerarse como el dios principal del panteón prehispánico; entre otros, Alfredo López Austin considera precisamente a Quetzalcóatl, como la deidad principal a partir de la cual se generan los demás a partir del desdoblamiento, pero algunos como Miguel León-Portilla, consideran a Tezcatlipoca como el dios principal (ensayo Tezcatlipoca, dios principal) y otros consideran a los dioses que le dieron origen como los principales, surgiéndose como el dios de la vida, de la luz, de la sabiduría, de la fertilidad y del conocimiento, patrón del día y de los vientos, el regidor del Oeste otros tantos lo consideran mago asi pues dominaba los elementales elementos de la naturaleza.

Merlín fue un gran mago galés que vivió, presuntamente, en el siglo VI, y se trata de una de las figuras centrales del ciclo artúrico. Sin embargo, otra hipótesis es que, Merlín no hace referencia al nombre de una persona sino a un título, como lo fuese el título de druida. Es el mago más famoso de la historia europea, e inspirador de muchos magos de la literatura universal.
Según el especialista bretón Jean Markale, Merlín es una figura polifacética que personifica diferentes arquetipos del mundo mítico celta; como el druida, el bardo, el hombre salvaje, el chamán y el profeta.
La historia de Merlín está repleta de misterios y como su vida está relatada principalmente por obras literarias, o de poco valor histórico, se hace difícil señalar la fecha exacta de su nacimiento.
Según algunas leyendas, Merlín fue engendrado por un demonio, un espíritu corrupto que se unió ilícitamente a una monja. En algunas obras la madre de Merlín no es una monja, sino la hija célibe de un rey menor de Gales del Sur. Otras versiones menos truculentas sugieren que Merlín fue concebido por su madre sin ninguna intervención masculina. Finalmente, otros creen que lo engendró la fuerza mágica de la antigüedad. Por otro lado una versión más apegada a la historia dice que Merlin o Myrddin Emrys en galés, fue hijo bastardo de uno de los reyes de Britania: Aurelius Ambrosius, hermano mayor de Uther Pendragon.
En todo caso, parece ser que Merlín fue creado al principio para atraer a los humanos al lado oscuro que todo hombre guarda, pero al crecer decidió hacer precisamente lo contrario: se convirtió en guía espiritual de su época, y en consejero de diferentes reyes, como el usurpador Vortigern, Aurelius Ambrosius, Uther Pendragon y el famoso Arturo de Camelot.
Se considera a Merlín el mago más poderoso de la epopeya artúrica. Según se cuenta en las diferentes obras literarias que lo tienen de protagonista, era capaz de hablar con los animales, de cambiar de forma, de hacerse invisible, y también de controlar el clima y los elementos, aunque estas habilidades las empleaba con sumo cuidado para no enfurecer a la naturaleza, la «diosa más poderosa». En la novela medieval Lanzarote y Ginebra se contaba de él lo siguiente: "Conocía la esencia de todas las cosas, su transformación y su renovación, conocía el secreto del Sol y de la Luna, las leyes que rigen el curso de las estrellas en el firmamento; las imágenes mágicas de las nubes y el aire; los misterios del mar. Conocía los demonios que envían sueños bajo la Luna. Comprendía el grito áspero de la corneja, el volar cantarín de los cisnes, la resurrección del fénix. Podía interpretar el vuelo de los cuervos, el rumbo de los peces y las ideas ciegas de los hombres, y predecía todas las cosas que sucedían después."
Se decía que Merlín tenía contactos con las hadas, los gnomos, e incluso con los dragones; se le considera el único hombre que se ganó el respeto y la admiración de estos monstruos, no sólo por su bondad y sabiduría sino por sus dotes artísticos (fue un maestro de la poesía y la literatura).
Acabó sus días en el bosque de Brocelianda (Bretaña), donde fue recluido en un árbol por su compañera Nimue, la Dama del Lago. Markale interpreta el mito de la prisión merlínica en el bosque, como el símbolo de la unión cósmica entre el hombre y la naturaleza. Otras versiones mencionan como la celda en la que fue recluido a una cueva, y otras a una jaula de cristal. Y según se cuenta allí estaría todavía esperando que alguien lo libere. Magia celta.

Este artículo se refiere al dios hindú. Si busca otros significados, vea Krishna (desambiguación).
Vasudeva redirige aquí. Para consultar sobre el padre de Krisná, vea Vasudeva (padre de Krisná).
Según el hinduismo, Krisná es uno de los numerosos avatares (‘encarnaciones’) del dios Visnú.1 En cambio según el krisnaísmo, Krisná es la forma principal de dios, de quien Visnú y los demás dioses emanan.
El mismo Krishná declara en el Bhagavad-guitá: "Siempre que la rectitud decae y aumenta la injusticia, yo me manifiesto; y para la protección de los virtuosos, la destrucción de los viciosos y el restablecimiento de la rectitud, Yo encarno de edad en edad" (Capítulo IV, 7-8).
Krisná tocando su flauta.
La madre Iashodá bañando al bebé Krisná (ilustración de un manuscrito del Bhágavata-purana, Bombay, India, 1500 aprox., 10,4 × 20,5 cm).
Krisná abraza a Gopa Kumar; esta historia es la base para la creencia hinduista de que todas las almas estuvieron con Dios y se alejaron de él, y ahora deben volver a casa.
Calendario y almanaque correspondiente a los años 1871-1872; de Rayastán (India); la columna izquierda muestra los diez avatares de Visnú, la columna central derecha muestra los doce signos del zodíaco hindú; el panel de arriba muestra a Ganesha con dos esposas; el segundo panel muestra a Krisná con dos mujeres.
Krisná aparece ante las gopis a orillas del río Iamuna (ilustración de un manuscrito del Bhágavata-purana, Bombay, India, 1760-1765, 20,5 × 28,6 cm).
Krisná y las gopis; serie ragamala, c. 1710, pintura sobre papel (19 × 18 cm); actualmente en el Museo Británico.
Krisná se encuentra con las gopis a la noche (1765); de un manuscrito del texto Guita-govinda, sobre papel (14,9 × 25,1 cm); actualmente en Bombay
Krisná mata al rey Kamsa mientras Balarama mata a un luchador; pintura, acuarela opaca y oro sobre papel (23 × 19 cm), c. 1630; proveniente de Mewar (Rayastán).
Krisná —como auriga— habla el Bhagavad guitá a su amigo Áryuna.
Krisná toca la flauta, cubierto por la serpiente-dios Ananta Shesha, en el templo de Somnathpur, en Karnataka (India).
Es uno de los dioses más importantes y adorados de la India.
कृष्ण, en escritura devanagari del idioma sánscrito.
kṛṣṇa, en el sistema AITS (alfabeto internacional de transliteración del sánscrito).
Pronunciación: [krishná].2
En sánscrito significa ‘negro’, ‘oscuro’. Según la tradición, ese era el color de la piel del dios, aunque en las figuraciones artísticas su piel suele ser de color azul
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